Café Llanero para el mundo

Jhasneider es un joven campesino, nacido en Vista Hermosa, Meta, que pasó de “no saber para dónde ir ni para dónde coger”, a tener un negocio propio: «El Reposo», un local donde los turistas pueden disfrutar la especialidad del café llanero, ese que hoy es símbolo de resiliencia en un territorio históricamente marcado por la violencia, que ahora produce café colombiano de la más alta calidad.

Yo no sabía mis metas, no conocía mis fortalezas ni debilidades. Hoy tengo un proyecto de vida: quiero estudiar gastronomía y seguir en el mundo del café

La llamada de un tío bastó para que este joven de 20 años se apuntara a aprender todo sobre el café, su cultivo, sus variedades, sus características y, lo más importante, la manera de llevarlo al consumidor final como una fuente de ingresos sustentable; todo, facilitado por una alianza entre la Iniciativa por los Jóvenes de Nestlé, USAID y la Fundación ACDI/VOCA LA, que, desde abril hasta noviembre de 2022, acogió a 30 jóvenes del territorio en un programa de formación y capacitación en innovación y buenas prácticas agrarias.

Cada día inicia a las 4:00 de la mañana con un cafecito caliente y, después del trabajo de rutina en la lechería familiar, Jhasneider González Jiménez emprende su viaje de 30 minutos hacia El Reposo, en la vereda Maracaibo, donde trabaja junto a su coequipera Gloria Stefani Perea, quien fue su compañera de colegio y a quien invitó a hacer parte del programa apenas se enteró de esta oportunidad. Desde las 9:00 am, hora en que abren el café, hasta las 5:00 pm, Gloria y Jhasneider alternan labores propias del negocio y trabajan mano a mano para hacer que su café continúe creciendo.

“Nosotros también podemos y queremos emprender y, gracias a esto, lo hicimos”, dice Jhasneider mientras manifiesta su satisfacción ante la llegada de iniciativas enfocadas en los jóvenes, que aporten a su empoderamiento económico y a su desarrollo personal. Y es que, además de la formación en café, barismo, tostión, cata y otros, los 30 jóvenes participantes de la iniciativa contaron con un programa de acompañamiento psicosocial con el objetivo de fortalecer sus habilidades y competencias para la vida.

Jhasneider cuenta que no es el mismo de antes. “El cambio fue grande porque uno no sabía para donde ir ni para donde coger, yo no sabía mis metas, no conocía mis fortalezas ni debilidades, no sabía qué estudiar… pero gracias a las visitas y a las capacitaciones que recibimos, ya sé que quiero estudiar gastronomía y seguir con lo del café porque quedé encantado con este mundo”.

Un mundo, que puede ser sostenible si se promueven prácticas adecuadas en cada territorio. Al estar ubicados en una de las vías de acceso a Caño Cristales, estos dos jóvenes han encontrado la manera de llevar a los turistas que van de paso, los sabores del café producido en los municipios de Vista Hermosa y Mesetas, dando continuidad a la labor que realizan los campesinos de su tierra.

Para este joven las metas no se harán esperar, además de desear que su proyecto siga creciendo, espera, para 2024, haber iniciado el camino hacia su sueño de ser chef.

“Antes no me gustaba ni tomar café”, dice Jhasneider, ahora disfruta tostando, moliendo y preparando el mejor café para sus visitantes.

Otras Historias

WordPress Appliance - Powered by TurnKey Linux